Haciendo la gamba

Siempre que salimos con una amiga, corremos el riesgo de que ella se enganche con alguien y el susodicho en cuestión te plante al fiasco del amigo.

A mi amiga la banco a muerte, pero eso significa que me tenga que comer al clavo del amigo? Y como este cuarto en cuestión no se aviva que vos quizás estas bailando con él solo porque la queres mucho a tu amiga, pero eso no significa que vaya a sacrificar mi ética y buen gusto, no?!

Ahora pareciera que no fuera así, que solo por cortesía debería pasar la noche con esta otra persona. Todo bien flaco, pero que ellos se enganchen no significa que entre nosotros también haya “alcoyana-alcoyana”, no te parece?! Y si no le das pelota quedas como una histérica terrible.

Y para colmo, al otro día tu amiga te dice:

- Che Lula, que paso? No te gustaba?
- No tarada!!! Solo te estaba haciendo la gamba! Contame como te fue a vos y decime por favor que valió la pena el clavo y este sí que es el amor de tu vida!
- No Lula, solo te estaba haciendo la gamba a vos… pensé que te gustaba el otro!

Y sí, decimos lo que decimos y escuchamos lo que escuchamos.