Chateando NO se conoce gente

Tengo una amiga soltera que está realmente desesperada por conocer a alguien. Tan desesperada que de tanto buscar los ahuyenta.

Pero ella es feliz así, imaginándose que de esta forma va a conocer al amor de su vida. Yo trato de hacer que se relaje, pero no hay caso.

Desde que comienza la semana está ya pensando a que after office ir, donde salir el finde y se recorre los facebook de todas buscando amigos “todavía no conocidos”.

Si ella es feliz, yo la dejo.

Lo último que se le ocurrió hacer es recurrir al método de conocer a alguien por medio de una página sentimental para chatear hasta el cansancio con posibles candidatos.

Y acá, hacemos un stop. Le puedo permitir que haga de todo, pero es hora de confesar porque NO debe hacer esto.

Les voy a contar, sobre mi primer trabajo. Esto se remonta a muchos años atrás. Me postulé a una búsqueda por medio de la cartelera de la facultad y luego de la 1º entrevista me dieron la feliz noticia: Welcome to our company. Se trataba de una importante multinacional, me iban a capacitar e iba a estar prestando servicios en forma directa para usuarios de Estados Unidos. Le conté a todos mis amigos, me fui a comprar ropa con mi mamá (lo primero que pensamos es: que me voy a poner!?) y mi papá me dio el sermón de lo importante que era este trabajo y que nunca me iba a olvidar…bla

Papá tenía razón.

Llego el primer día, tuvimos una pequeña capacitación sobre oratoria y a las dos horas nos comunicaron que el entrenamiento concluía y debíamos empezar a trabajar en ese preciso momento.

Cual era mi tarea? Operador de CHAT: debía hacerme pasar por hombre o mujer dependiendo del sexo del cliente, y representar una adolescente americana/ jovata/ estudiante/ trabajadora/ gorda/ flaca/ felíz o triste que se encontraba buscando a su alma gemela por Chat. La mayoría de los usuarios resultaron ser hombres, por lo tanto al menos nos tenía que mentir respecto al “género”. El objetivo era alargar la conversación lo más posible porque estos pagaban por cada mensaje enviado. Mis candidatos se ilusionaban, yo debía conquistarlos con mis palabras y al momento de pasarnos los teléfonos desaparecía de su vida para siempre. Los primeros días era divertido, pero cuando empecé a conocer las historias de estos solteros me empezó a afectar un poco en mi ética personal y pedí el cambio de proyecto. La mayoría de estos, créase o no, tenían entre 30 y 40 años.

Me asignaron a otro proyecto llamado “Guru Chat”, donde debía adivinarle el futuro a la gente a mi gusto y piacere. Renuncié.

Amigos, no confíen en los chats! Hay otras alternativas para conocer a alguien!