El gran mito 1

Vamos a hablar sobre el gran mito del que las mujeres chusmeamos cada vez que una amiga tiene sexo por primera vez con alguien.

El tamaño.

Porque nos jactamos diciendo que el tamaño no importa, pero es una de las primeras cosas que la chismosa de turno nos pregunta: “Y?? Como venia?” Agregándole, obviamente el típico gesto con las dos manos, que siempre, a modo de deseo es más grande de lo estándar.

Quizás simplemente lo preguntamos para construir estadísticas, o para tener un dato más para comparar la normalidad del miembro de nuestra pareja actual.

A nuestro entender, y en base a la muestra tomada del universo masculino que pudimos probar, mientras más pequeño es el amiguito, mejor uso, manejo y domino hace de este el caballero que lo porta.

Claro, la anatomía del pequeño amigo, es algo que nadie elije, llega al mundo con nosotros como el resto de las cosas que uno porta. En cambio, la habilidad de su uso y manejo sí es algo que se desarrolla a lo largo de la vida. Nuestra teoría muestra que el que salió de la panza de su mamá predestinado a portar una bazoka, se cree que ya está, que con semejante tamaño, es solo cuestión de mostrarlo y las mujeres enloquecen. Es el típico “A lo tuyo nena!” . En cambio, el que se portó mal en la otra vida y llegó a esta con una pistola como la de Ken, no le queda otra que desarrollar otros dones. Por lo tanto, concluimos que los hombres que fueron avergonzados por sus compañeritos de vestuario son los mejores amantes en la cama. Son los más gauchitos, los más cariñosos, los más “resistentes”, los más creativos. Son así porque no les queda otra.

Porque el tamaño no es lo que importa, si su habilidad de uso. Y a estos, no les queda otra que desarrollarla a plano.