Hazme el amor en el escritorio

En el trabajo tenemos nuevo COO.
Quiero decirles que jamás, pero jamás pensé en hombres mayores. Nunca. Es más, siempre me gustaron de mi edad o menores. Ya la madurez me daba pánico. Pasé años preocupada por convertirme en una señora pervertida, a la que le pasaban los años y no podía cruzar la barrera de los 25 años en cuanto a hombres.
Cuando nos anunciaron el cambio, ni pensé en la posibilidad de que esa era una oportunidad para ver a un hombre nuevo. Me imaginé a un cincuentón aburrido, o al típico director canchero que estaba en la joda aunque su cuerpo ya no lo acompañara.
El primer día que lo ví, nada: solo vi a un padre de familia con cara de bonachón, que solo pasaba por al lado de mio y se limitaba a decir "Hola".
Con el trancurso de las semanas, mi interacción con él comenzó a ser mayor. Me enteré que está recién separado, que por lo que vi en su oficina tiene 4 hijas de menos de 10 años, que tiene 42 años, y que en el ambiente es conocido por ser un tipo muy capaz, pero a la vez "buena persona". Todo el mundo lo quiere. Solo puedo escuchar buenas referencias de él.
En los últimos 15 días he tenido que reunirme varias veces con él a solas a ver temas laborales. Al principio me ponía muy tensa, él no me conoce como trabajo por lo cual debo esmerarme. En todo momento me hizo sentir que los dos estábamos a la par y que podía charlar con plena confianza. Me hace chistes, me grita cariñosamente desde su oficina "Sooofi", y yo voy corriendo tras él.
Entro a su oficina y me siento a su lado, del otro lado del escritorio. Me muestra sus cosas en su laptop. Me mira a los ojos, me hace chistes. Es un seductor nato. Es mayor, canoso, y con hijos, pero me seduce. No puedo evitar mirar su escritorio y ver la botellita de cerveza, y al lado, una cajita de lubricante intimo y sin embargo, no dejarme intimidar. (Todos tenemos esa cajita porque es un cliente de acá).
Tiene onda latina. Odio la onda latina, pero en él me re calienta.
Quiero saber como es su cuerpo de viejo. Como es toda esa experiencia acumulada que lleva en tantos años. Quiero que me enseñe, que me haga su alumna predilecta, que me llame a su oficina y cierre las cortinas y me haga una propuesta indecente pero tierna a la vez. Y después salir de su oficina, acomodar mi ropas y mis pelos, y poner cara de "Yo no fui".
No puedo dejar de fantasear y pensar en estas cosas, y cuando estoy sentada a su lado en la oficina, sentir el olor de su perfume y mirarlo a los ojos a través del reflejo de la notebook.